A las 9 de la mañana, los hombres del pueblo se reunieron para la ya traidiconal limpieza del pueblo.
Aunque los hombres ya tienen experiencia, siempre es necesario que una mujer experimentada supervise el trabajo:
Hacia las 11, ya se iba viendo el trabajo:
Trabajando con alegría:
Para terminar la faena, todos los hombres se reunieron en la iglesia, para dar el remate final:
Las nuevas generaciones van aprendiendo...
Y tras el duro trabajo, siempre llega la recompensa:
El lunes 12 por la tarde, las mujeres prepararon sus escobas, para limpiar la iglesia